En primer lugar, corta la mantequilla en dados y fúndela en una cazuela al fuego.
A continuación, pica finamente la cebolleta y el diente de ajo, y añádelos a la cazuela. Rehoga todo durante 5-6 minutos.
Después, incorpora el jamón picado y saltéalo.
Cuando el jamón esté hecho, añade la harina y rehoga bien durante un par de minutos para evitar que quede cruda.
Después, vierte la leche poco a poco, sin dejar de remover.
Cocina la bechamel durante 20 minutos aproximadamente, removiendo constantemente. Cuando esté hecha, espolvorea con perejil picado y mézclalo.
Extiende la masa sobre una fuente. Unta la superficie con un poco de mantequilla para que no se haga costra o cubre con papel film, y déjala enfriar por completo (puede ser de un día para otro, dejándola en el frigorífico).
Cuando la masa esté fría, corta o coge pequeñas porciones y moldéalas para darles la forma de croqueta que prefieras: rectangular, ovalada, cuadrada, redonda...
Pon en un plato harina, en otro, los 3 huevos batidos y en otro, el pan rallado. Reboza las croquetas primero en harina, después, cúbrelas con el huevo y por último, con pan rallado.
Fríelas en un cazo o sartén con abundante aceite caliente, procurando que se doren por todos los lados.
Cuando estén hechas, retíralas de la sartén y ponlas en un plato con papel de cocina para escurrir el exceso de aceite.
Sirve las croquetas de jamón inmediatamente para que mantengan su textura.
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